RETABLO*
FUENTE: WIKIPEDIA
"El retablo (etimología latina: retro tabula altaris: tabla detrás de un altar) es una estructura arquitectónica que decora el altar de una iglesia.
Suelen estar construidos en madera, mármol, alabastro o algún metal, y pueden ser escultóricos, con relieves o figuras de bulto redondo, o bien pictóricos; sin embargo lo más frecuente es que sean mixtos, combinando cuadros y tallas. Desde finales del siglo XIII hasta el siglo XX, fueron los elementos más relevantes en la decoración interior de las iglesias, sobre todo en países como Italia, Portugal y España, lugar este último donde la retablística alcanzó un desarrollo extraordinario, difundiéndose a través de las colonias por el continente americano.
Son obras de arte de gran complejidad, en las que suelen colaborar arquitectos, escultores, estofadores, doradores, carpinteros y entalladores, por lo que su elaboración es un proceso costoso y lento, sobre todo en los ejemplares de mayor envergadura.
Los retablos suelen adoptar una disposición geométrica, dividiéndose en cuerpos (secciones horizontales superpuestas, divididas habitualmente por molduras) y calles (secciones verticales, con pilastras o columnas intercaladas). Las unidades formadas por esta especie cuadrícula son los encasamientos, y suelen albergar representaciones escultóricas o pinturas. El conjunto de elementos arquitectónicos que enmarcan y dividen el retablo se denomina mazonería. De todos modos, también hay ejemplares que se organizan de forma más sencilla, con una escena única centrando la atención.
El retablo suele elevarse sobre un zócalo para evitar la humedad del suelo. La parte inferior que apoya sobre el zócalo se llama banco o predela y se dispone como una sección horizontal a modo de friso que a su vez puede estar dividida en compartimentos y decorada. El elemento que remata toda la estructura se llama espina o ático y suele estar ocupado por el tema del Calvario, o a veces el Padre Eterno. Todo el conjunto se protege a veces con una moldura llamada guardapolvo, muy habitual en los retablos góticos.
A partir del siglo XV, toma relevancia el tabernáculo o sagrario, (lugar donde se guardan las formas sagradas), que centraliza paulatinamente el espacio del retablo hasta convertirse, en ocasiones, en su elemento principal, adoptando incluso formas exentas e independientes."
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